lunes, 21 de abril de 2014
En Neanderthal tenemos un compañero que está escribiendo un libro con historias de 100 palabras. Todas han sido tomadas de la memoria, de la memoria de su infancia, como bien aconseja Rilke. Y uno llora leyendo aquello, y se dice: "Yo también quiero hacer esto". Y lo intenta, pero ese libro es de él y si no se es el autor, no puede uno escribir ese libro. Cuando no se es Odiseo, no se puede desafiar a los dioses.
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